Reconozco que he tenido este pequeño espacio, que es mi blog, un poco relegado los últimos meses. Este hecho responde más a las circunstancias que a mis intenciones y voluntad. Recientemente he comenzado a trabajar como analista en una empresa de una forma más estable con horarios de trabajo que cumplir y análisis que sacar adelante en tiempo y forma. Es un cambio con respecto a la forma en la que trabajaba anteriormente como analista externo del Instituto Español de Estudios Estratégicos, donde tú decides cuándo enviar tu artículo de análisis y organizas tus tiempos de trabajo según creas conveniente o estimes oportuno. Lo cierto es que mi nuevo horario semanal apenas me deja tiempo por semana y cuando llego a casa a las ocho de la noche, estoy tan agotado mentalmente que solo pienso en cenar e irme a la cama a descansar para estar fresco al día siguiente. Los hábitos del buho nocturno están cambiando no se si para bien o para mal, pues debo confesar que me concentro mucho mejor en el silencio de la noche. Aún así intento robar un poco de tiempo de donde puedo para preparar mis clases de este año en el Curso de Experto de Análisis de Inteligencia de la Universidad Autónoma, en el que ejerzo de profesor desde hace años y donde comparto docencia con un excelente equipo de profesores y para dar los últimos arreglos a una colaboración desinteresada y "gratis et amore" con un proyecto de investigación iniciado por el Ministerio del Interior en el que participan varias universidades.
La entrada de hoy no es algo totalmente novedoso, pues he ido publicando el decálogo en la red profesional linkedin durante varias semanas hace algunos meses, pero hoy quería unir todos los puntos en una única entrada de mi blog. Hacer un decálogo para analistas puede sonar a algo presuntuoso pero esa no es la intención ni mucho menos. Recuerdo que en una de mis visitas al CNI me regalaron un decálogo para analistas que era una versión a la española del que tienen los norteamericanos pero lo cierto es que siempre pensé que era ciertamente mejorable en algunos puntos. Sin más y como Moisés, aquí os dejo los diez mandamientos del analista que han surgido por inspiración, no se si divina o no, pero al fin y al cabo inspiración.
EL DECÁLOGO DEL ANALISTA DE INTELIGENCIA
1. No idealices la figura del analista. Estamos acostumbrados a ver series y películas en la TV que la idealizan con el estereotipo del tipo guapo e inteligente que siempre acierta en sus análisis. Nada más lejos de la realidad. Personalmente no soy demasiado inteligente y te puedo asegurar que tampoco soy un "adonis" y, sin embargo, soy analista.
2. Olvídate del rol del "genio solitario". Ante la enorme cantidad de información sobre los temas más variados que es necesario procesar y analizar, los distintos canales por los que se puede obtener y los distintos tipos de información, se suelen crear equipos de analistas lo más versátiles posibles, con conocimientos diferentes. Hoy en día, tanto en el sector público como en el privado, se trabaja en equipo, en colaboración y en coopetición. Los "genios" deben aprender a trabajar juntos, algo que no siempre es sencillo de lograr.
3. No existen los analistas perfectos. Como seres humanos, somos entidades biológicas falibles. Recuerda la paradoja del analista. A todo analista le pagan por ser certero en sus análisis, pero para llegar a ser un analista senior necesitas experiencia y ésta, frecuentemente, se obtiene a partir de los errores. No confundas el error con el fracaso. Fracasar es tirar la toalla. Debes mostrar siempre resiliencia ante los fallos, reconocerlos y convertirlos en un instrumento para seguir mejorando. A eso se le llama "tener madera de analista".
4. Ten presente que la formación de un analista se basa, cada vez más, en capacidades no en conocimientos. Lo importante para el analista ya no es el conocimiento en una determinada área, conocimiento que hoy es muy accesible, sino las herramientas epistémicas necesarias para lograrlo. Lo determinante hoy para el analista de inteligencia no es ser un especialista en un determinado campo o área sino las posibilidades y las capacidades necesarias para convertirse en uno en el menor tiempo posible y, junto a esto, la versatilidad de poder trabajar en varios campos.
5. No olvides el lema socrático del "Gnosce te ipsum" (conócete a tí mismo). Hay numerosas trabas psicológicas y psicopatologías varias que pueden afectar a tu trabajo. Si las conoces y te conoces a tí mismo puedes reducir su influencia negativa en gran medida. Si, por ejemplo, eres un procastinador siempre puedes utilizar la técnica del Pomodoro. Otros peligros son convertirte en un "workaholic" o adicto al trabajo o tener el síndrome "burn out" y sentirte completamente desmotivado.
6. Ten siempre presentes los diferentes niveles y etapas del análisis. Un análisis meramente descriptivo o explicativo nunca es arriesgado, el interpretativo siempre lo es. Pero fundamentalmente te pagan por hacer lo segundo. Tú mismo debes calibrar cuando debes quedarte en los dos primeros o puedes avanzar hasta el tercero calibrando los riesgos y las probabilidades de acierto. Y cuando la jugada salga mal recuerda el tercer mandamiento.
7. Puede que las cucarachas te den asco, pero son el ejemplo a seguir en inteligencia. Saben ver los huecos y adaptan su cuerpo para pasar por ellos, es decir, ponen en juego y adaptan todos los recursos que poseen para solucionar el problema. Un buen analista resuelve y afronta problemas ya planteados, pero solo los mejores son capaces de localizar dónde está el problema o ver las oportunidades. ¡¡¡Seamos cucarachas y detectemos los huecos y las lagunas!!!.
8. El memo analítico no es tu enemigo, sino tu aliado. No lo dejes para última hora y tómate tu tiempo para hacerlo lo más completo posible. Los memos analíticos se elaboran con fines de triangulación entre analistas o investigadores, para que otras personas (incluidos tus jefes) puedan ver lo que hicimos y cómo lo hicimos. El analista refleja en este documento los pasos que ha seguido para realizar sus análisis. La bitácora analítica refleja lo que "transpiramos" al analizar la información y facilita que si, por cualquier motivo, nos vemos obligados a abandonar ese análisis, otro analista pueda continuar donde nosotros lo dejamos. Ya se que piensas que el memo analítico es solo el "chivato" del jefe pero, créeme, no es así.
9. "Musement" deriva del verbo inglés muse que significa meditar, ponderar, estar absorto en los pensamientos. El musement es un estado en el que la mente vaga libre, suelta, de una cosa a otra, sin seguir regla alguna. Se trata, pues, de un estado mental de especulación libre en el que la mente juega con las ideas. El musement requiere trabajo previo, la anemia intelectual solo se cura estudiando y trabajando, la idea feliz suele ser el resultado causal del conocimiento previo enfocado desde la perspectiva adecuada, pero jamás de la inactividad o la apatía.
10. Tanto si trabajas en el ámbito público o en el privado debes tener en cuenta la cultura de la organización o empresa en la que estés trabajando. Las diferentes compañías (servicios de inteligencia incluidos) varían en cuanto a culturas organizacionales y éstas, a veces, son más importantes que las propias normas. Son reglas no escritas que debes aprender. Si eres un recién llegado no se te ocurra la idea de ir de "analista estrella", pues la experiencia es un grado y siempre hay gente mucho más lista que tú aunque tú no lo creas o no te des cuenta de ello.
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