Esta entrada está inspirada en un artículo reciente de la revista Forbes que hablaba de la importancia de la figura del mentor en el mundo del trabajo:
http://www.forbes.com/sites/maynardwebb/2015/10/13/how-to-find-a-mentor-in-todays-new-world-of-work/
Quienes, como en mi caso, hemos pasado parte de nuestra juventud estudiando en internados, sabemos bien a qué se refiere el artículo. En los internados, incluso en las cárceles, la figura del "angel", es decir, aquella persona encargada de hacer las veces de guía en el nuevo entorno, es bien conocida. En los internados, el "angel"era habitualmente un compañero de cursos superiores que se encargaba de explicarte las cosas, te introducía socialmente, desayunaba, comía y cenaba contigo los primeros días y te indicaba importante información acerca del comportamiento y carácter de los diferentes profesores y alumnos. La figura, no cabe duda, es de suma importancia en el mundo educativo de los internados. La pregunta es ¿por qué lo es también en el mundo empresarial?
Todos sabemos que los alumnos universitarios adquieren muchos conocimientos teóricos, pero, a veces, muy pocas capacidades llamemoslas "operativas". Esto hace que, frecuentemente sea la propia empresa la encargada de formar esas capacidades en el sujeto. Lo hace mediante cursos de formación y haciendo que alguien (bien sea el director del departamento o algún que otro compañero sin previa elección meditada y planificada y que frecuentemente está más preocupado en sus cosas que en ayudar al "novato") se encargue de asesorar al recién llegado. Frecuentemente la estrategia empresarial se queda ahí. Pero, desde el punto de vista de la inteligencia competitiva, esto debería ir mucho más allá. Si las capacidades son importantes no lo es menos el conocimiento del entorno laboral. Un nuevo ejecutivo puede incurrir en muchos errores y arrastrar preocupaciones que bajan su rendimiento laboral si no conoce suficientemente el entorno de la empresa donde desarrolla su actividad laboral. Cosas cómo saber exactamente cuáles son sus funciones, conocer de antemano, aunque sea superficialmente las inclinaciones del jefe de departamento o saber que su compañero de al lado está atravesando una depresión de las gordas puede evitar situaciones complejas que disminuyan el rendimiento laboral.
En lugar de esto, que sería lo deseable, algunos entornos laborales se han convertido en lugares adecuados para "quemar" becarios. En mi opinión, esto empobrece bastante si no perjudica directamente la imágen de ciertas compañías que no solo se refleja de cara al exterior o a sus clientes sino de cara a sus propios empleados. Los rumores crecen como la polvora y ningún directivo serio puede aspirar a conseguir reclutar a los mejores candidatos con un entorno laboral pésimo. Si ofreces cacahuetes, frecuentemente, tienes monos.
Pero de qué estamos hablando. No cabe duda que de inteligencia competitiva, pero también de inteligencia emocional. Los seres humanos somos entidades falibles que,a veces, nos vemos influidos directamente y actuamos guiados por sentimientos o intuiciones y no únicamente por la mera racionalidad. Por eso, en mi opinión, las empresas deberían completar esa formación en capacidades con esa otra formación, tan diferente, pero al mismo tiempo, igualmente indispensable.
Efectivamente, el Mentor debería ser una practica obligatoria en las Empresas e instituciones de seguridad e inteligencia, con ello contribuiríamos a crear una cultura de eficiencia en el trabajo y responsabilidad asignada.
ResponderEliminar