Según el momento de su utilización podemos distinguir
entre:
·
Inteligencia básica: tiene un carácter general y es de relativa
permanencia, obedece a las necesidades generales y estratégicas de la
organización, por lo que intenta conocer todos los aspectos de cada uno de los
objetivos fijados por las directrices de inteligencia, con el fin de permitir
responder a demandas de información concretas.
·
Inteligencia actual: tiene dos funciones básicas: mantener al día la
inteligencia básica con datos nuevos, para lo que adopta la forma de boletines
periódicos, generalmente diarios, sobre cuestiones específicas de interés
habitual; y responder de modo rápido y preciso a una petición de información
sobre una cuestión de actualidad o hechos concretos que se deben conocer para
la toma de una decisión, con los datos disponibles o mediante un proceso de
búsqueda “ad hoc” con los recursos que se poseen.
·
Inteligencia estimativa: se dedica a determinar, ante una situación
concreta y a petición del usuario del servicio, la posible evolución de esa
situación y las posibilidades de actuación de los elementos involucrados en
ella, a partir de los datos de los que se dispone, con el fin de que el
destinatario realice su propia predicción y, de acuerdo con ella, tome una
decisión.
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