Algunos acontecimientos y personas que participaron en la II Guerra Mundial han pasado a la historia, bien sea como héroes o como villanos. Pero la historia suele ser injusta en muchas ocasiones y olvida a otras muchas personas que, aún habiendo realizado acciones meritorias, que contribuyeron a la victoria aliada en la guerra contra el horror nazi, permanecen sólo agazapados en la memoria de unos pocos supervivientes. Tal fue el caso de la contribución de los criptoanalistas españoles.
Corría el año 1939 y en la Cataluña vencida miles de personas se dirigían a la frontera, huyendo del poderoso avance de los sublevados a mando del General Franco. Entre esos muchos refugiados se hallaban cinco criptoanalistas republicanos que habían trabajado en Barcelona atacando claves y códigos del bando nacional. Pero como dice el sabio refranero castellano "a mar revuelto, ganancia de pescadores", y no lejos de allí, en la vecina Francia, Gustave Bertrand, jefe del servicio de criptoanálisis del Estado Mayor francés se puso en contacto con el Teniente Coronel Manuel Estrada Manchón, de los Servicios de Inteligencia republicanos, para interesarse por los miembros de su servicio de descifrado.
Recientemente se ha sabido que el jefe de aquél grupo de criptoanalistas reclutados por los franceses fue Faustino Antonio Camazón, que sobrevivió a la guerra y acabó trabajando pra el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia. Del resto de los miembros sólo se pueden hacer conjeturas, pero casi con toda seguridad César Vigas Vigas, Manuel Inglada Díaz, José Medina Cantero y José Díaz Rodríguez formaban parte de él.
El "grupo Bruno", así denominado, comenzó a trabajar en un centro de radio-inteligencia en el Chateau de Vignolles, cerca de París. El peso de la interceptación y la logistíca corría a cargo del personal francés y las tareas de criptoanálisis a cargo del personal polaco (grupo Z), del que formaban parte nombres como Marian Rejewski, Henry Zygalski y Jerzy Rozycki, y el personal español (grupo D). Entre finales de octubre de 1939 y mediados de junio del año siguiente se interceptaron y leyeron 4789 mensajes, la mayoría de la policia, el ejercito y de agentes alemanes en suelo francés, y se reconstruyeron 141 claves.
A continuación podemos ver una foto rescatada del museo de Camazón. En ella podemos observar algunos componentes del "grupo Bruno": De izquierda a derecha: 1 - Marian Rejewski; 2 - Edward Fokczynski; 3 - español no
identificado; 4 - Henryk Zygalski; 5 - español no identificado; 6 - Jerzy
Rozycki; 7 - español no identificado; 8 - Antoni Palluth; 9 - español no
identificado.
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