EL SUSURRO CLANDESTINO

EL SUSURRO CLANDESTINO
"La Inducción sin abducción es ciega, la abducción sin inducción es vacía" "Jugar al juego por el bien del juego"

domingo, 19 de agosto de 2018

OPERACIONES EN INTELIGENCIA





Tradicionalmente las dos grandes patas de un servicio de inteligencia corresponden al departamento de inteligencia y al departamento de operaciones. Ambos mantienen una relación casi simbiótica, pues el primero depende del segundo para llevar a cabo sus objetivos y para la obtención de información sobre el terreno y el segundo depende de la información suministrada por el primero para llevar a cabo sus operaciones. Es una relación amor-odio de un matrimonio que discute en muchas ocasiones.

La inteligencia a nivel estratégico difiere mucho de la del nivel táctico y operativo. Muchas veces una buena ejecución en el nivel operativo salva una chapuza en el nivel táctico o estratégico, pero jamás un buen trabajo en el nivel estratégico o táctico va a ayudar a salvar un desastre en el nivel operativo.
Algunas operaciones fallan porque ha faltado el tiempo necesario para planificarlas adecuadamente (el factor tiempo es siempre la espada de Damocles para cualquier servicio de inteligencia) y otras por errores que el lector consideraría estúpidos, pero que, aun así, suelen suceder y de hecho suceden.

La preparación de cualquier operación en inteligencia pasa por varias fases diferentes. En primer lugar, se marcan los objetivos y prioridades a nivel estratégico. Habitualmente algunos de ellos ya vienen delimitados en la directiva anual de inteligencia, pero, lógicamente puede haber ciertas excepciones. Además, hay que dejar claro que estos objetivos han sido previamente propuestos por el servicio de inteligencia al gobierno tras los informes y análisis de los analistas de las distintas áreas. Después de esto se establecen los objetivos por orden de prioridad que puede ser motivada por diferentes factores.

A partir de ahí se estudia su viabilidad a nivel táctico en cuanto a medios humanos y materiales, (hay que tener en cuenta que en un servicio de inteligencia pueden darse dos o más operaciones casi sincrónicamente) oportunidades, riesgos a asumir en caso de fallo o calidad y pertinencia de la información disponible, entre otros.

El último paso consiste en preparar la operación en sí. Esta preparación consta de tres fases diferentes (a estas tres fases se les suelen dar nombres diferentes e incluso hay quienes separan la fase de ejecución de la de seguimiento. Yo, sencillamente, he escogido uno de ellos:

Fase pre-ejecución:

En esta fase se recopila toda la información disponible y se analiza en busca, sobre todo, de posibles errores o incongruencias que puedan llevar al traste toda la operación. Normalmente en esta fase se deben contestar tres preguntas fundamentales: quién, cómo y dónde. Habitualmente cada una de estas tres preguntas requiere una selección. Por ejemplo, se pueden seleccionar ciertos agentes u otros, se puede elegir un lugar u otro, y se puede elegir entre aplicar unos métodos u otros.
A veces, se harán necesarios análisis adicionales como pueden ser estudio de rutas, patrones climáticos, estudio de perfiles, comunicaciones, contramedidas y otras cuestiones más específicas.
Otro aspecto clave es el análisis de escenarios post-ejecución tanto en el caso de que la operación tenga éxito como en el caso de que algo falle. Muchas operaciones llevadas a cabo con relativo éxito fallan en sus objetivos porque no se han tenido en cuenta todas las posibles derivadas.

Fase de Ejecución y seguimiento:

En esta fase se juega la partida. Se ponen en juego todos los medios materiales, humanos y técnicos. Se trata de seguir la operación en un espacio temporal lo más corto posible para paliar posibles dificultades o llevar a cabo un plan B en caso de ser necesario. El seguimiento siempre es la fase de los nervios, pues si las cosas se tuercen el personal de la sede central lo vivirá casi en tiempo real, como sucedió en el caso de los agentes del CNI asesinados en Irak. El seguimiento tiene diferente duración dependiendo del tipo de operación. Hay seguimientos que se pueden medir en dias (como la operación que terminó con la vida de Osama Bin Laden) y otros pueden llevar meses porque se van enlanzando varias operaciones distintas En el caso mencionado, la operación con la campaña de vacunación sirvió para obtener información y de antesala a la operación posterior para eliminar el objetivo. La mente racional huye de las casualidades en favor de las causalidades, pero cualquier agente operativo te dirá que, muchas veces, es necesario tener la suerte de cara. Un pequeño detalle insignificante puede dar al traste con meses de trabajo de planificación y entrenamiento.

Fase post-ejecución:

En esta fase se analiza el porcentaje de éxito o fracaso de la operación y su repercusión a todos los niveles. Se compara el escenario conseguido con los escenarios que previamente se habían dibujado en la fase de pre-ejecución y se comunican los resultados a la autoridad competente. Hay que tener en cuenta que muchas operaciones se construyen como antesala de otras, esto es, un solo objetivo puede llevar aparejadas más de una operación para conseguir llegar al escenario deseado.




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