El Análisis de hipótesis en competencia (también conocido
como análisis de hipótesis contradictorias) fue desarrollado entre los años
1978 y 1986 por el prestigioso analista de la CIA Richards J. Heuer
Jr. Esta herramienta de análisis se dio a conocer por primera vez cuando la CIA publicó el libro, ahora un
clásico, de Heuer titulado “La psicología del análisis de inteligencia”.
Este tipo de análisis, enmarcado en un marco probabilístico
bayesiano, trata de estudiar simultáneamente todas las hipótesis posibles y
relacionarlas con las evidencias existentes para clasificarlas por orden de
probabilidad. De una manera más sencilla también se pueden exponer las
hipótesis con sus argumentos y evidencias a favor y en contra para identificar
la más razonable. Podemos encontrar un ejemplo de aplicación en “Mauritania:
Perspectivas políticas después del intento de golpe de Estado” de Carlos Ruiz
Miguel y disponible en la red.
ACH es un excelente marco de trabajo que posibilita la
colaboración entre analistas. Posibilita, además, que el analista mejore sus
ideas y desarrolle otras nuevas. (Heuer). El método obliga a los analistas a
refutar las hipótesis en lugar de saltar directamente a las conclusiones y
evita que los prejuicios del analista determinen el resultado antes de evaluar
correctamente las evidencias. “Cuando el análisis resulta erróneo, a menudo se
debe a que los supuestos clave no fueron rebatidos” (Heuer, 1999, p.106). Este
método está diseñado específicamente para desafiar los supuestos.
Como cualquier método
de análisis, el ACH tiene unas fortalezas, pero también unas debilidades. Entre
los puntos fuertes cabe enumerar que ACH ilustra el proceso analítico seguido
y las evidencias tomadas y esto ayuda a
los analistas a explicar sus hallazgos o conclusiones a los usuarios o
decisores y también a realizar un análisis posterior para ver que salió bien o
mal. Otra de las fortalezas es que este modelo obliga a los analistas a refutar
hipótesis y a crear otras alternativas, evitando así prejuicios establecidos
por el analista. Sin embargo, si este método de análisis es tan bueno y el
trabajo de Heuer ha tenido tiempo suficiente para instalarse en el colectivo de
los analistas; ¿Por qué no es utilizado más a menudo?. La respuesta la encontramos
en sus debilidades. La primera de ellas es que el análisis depende de la validez de las evidencias. El
análisis es sólo tan bueno como buenos sean las evidencias que el analista
proporciona, y los servicios de inteligencia suelen trabajar con muy pocas
evidencias y con un tiempo limitado. Este es, precisamente, el segundo punto
débil. Realizar el proceso completo de ACH puede ser largo y arduo,
especialmente cuando hay un gran cuerpo de evidencias y numerosas hipótesis.
Los analistas, a menudo, sencillamente, no tienen tiempo para aplicar el método
completo.
Añado una captura de pantalla de un análisis realizado para un trabajo de investigación de influencia de redes sociales en la consolidación de la Comunidad Andina.
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